En anteriores artículos hemos hablado sobre la trombosis venosa profunda y sus causas y os hemos dado algunos consejos preventivos. Sin embargo, es importante destacar que las personas que han padecido esta enfermedad con el paso del tiempo pueden desarrollar el denominado síndrome postrombótico. Por eso, desde nuestra consulta de hematología queremos compartir contigo todo lo que debes saber sobre esta patología a fin de que puedas prevenirla e identificarla.

¿Qué es el síndrome postrombótico?
El síndrome postrombótico (STP) es una patología sanguínea que se caracteriza por provocar insuficiencia venosa. Suele afectar a personas que han sufrido trombos y los coágulos han dañado las venas en las que se alojaron. Generalmente aparece en pacientes afectados por una o varias trombosis venosas profundas (TVP) aunque esta patología puede desarrollarse también por otras causas.
En otras palabras, el síndrome postrombótico podría definirse como una complicación o efecto secundario de la trombosis venosa profunda que puede manifestarse semanas o incluso meses después de la misma.
Cuando se forma un coágulo de sangre en una vena profunda en un caso en el que no debería formarse (cuando no hay ninguna hemorragia que detener ni ninguna herida que taponar) aunque la trombosis se trate y se cure adecuadamente la vena puede quedar dañada. Esta lesión vascular, al mismo tiempo, puede conducir a un aumento de la presión sanguínea y dar lugar al síndrome postrombótico.
Síntomas
El síndrome postrombótico es una enfermedad que puede manifestarse durante largos periodos de tiempo e incluso volverse crónica si no se diagnostica ni se trata adecuadamente. Por ello es fundamental conocer sus principales síntomas para poder identificarlos y acudir a un especialista lo antes posible en caso de padecer alguno.

Entre los síntomas más frecuentes del síndrome postrombótico caben destacar:
- Piernas hinchadas, pesadas y cansadas.
- Inflamación o aumento de volumen de una pierna respecto a la otra.
- Enrojecimiento o cambio de color de la piel.
- Cambios en el grosor y apariencia de la piel.
- Piel sensible, seca o con eczemas.
- Úlceras cutáneas.
Prevención y tratamiento
Para prevenir el síndrome postrombótico es fundamental mantenerse en un peso adecuado, llevar un estilo de vida saludable, cuidar la alimentación, beber líquidos, caminar y realizar ejercicio o deporte a diario.
En cuanto al tratamiento, lo más importante es acudir a un especialista que pueda realizar las pruebas necesarias a fin de descartar otras patologías y poder proporcionarte un diagnóstico preciso y un tratamiento adaptado y personalizado en función de tu situación y necesidades tras haber estudiado tu caso de manera individual.
En este caso, la valoración médica especializada y el diagnóstico correcto del cuadro debe ser realizada por un especialista en cirugía cardiovascular o angiología. Este especialista le remitirá al hematólogo en caso de precisar estudios adicionales que le puedan ayudar a controlar la evolución del síndrome postrombótico.
Entre los tratamientos más comunes caben destacar el uso de medias compresoras, el cambio en los hábitos alimentarios y estilo de vida, la práctica de ejercicio regular, el consumo de medicamentos anticoagulantes y en algunos casos se puede precisar también de una cirugía endovascular.
En nuestra consulta de hematología somos especialistas en la prevención, diagnóstico y tratamiento de trombosis y coágulos. No dudes en contactar con nosotros para más información o para pedir cita. Nuestra hematóloga revisará tu caso y realizará las pruebas que sean necesarias para garantizarte la mejor atención y tratamiento.

