A una velocidad sin precedentes, las vacunas contra el COVID-19 van siendo autorizadas y administradas por todo el mundo.
Tras los primeros ensayos clínicos, las autoridades sanitarias autorizaron las vacunas con una «aprobación condicional», que es una modalidad de aprobación que significa que se espera obtener más información actualizándose las fichas técnicas de cada una de las vacunas.
Por ello, si revisamos los prospectos de las vacunas autorizadas en España, leemos en la parte inicial: “Este medicamento está sujeto a seguimiento adicional, lo que agilizará la detección de nueva información sobre su seguridad. Se invita a los profesionales sanitarios a notificar las sospechas de reacciones adversas”.
Recientemente la comunidad científica analiza los resultados de seguridad de la vacuna contra el coronavirus de AstraZeneca con el objetivo de establecer si existe una asociación temporal entre la administración de este medicamento y la aparición de trombosis asociada a trombocitopenia, que es una afección que se produce cuando el organismo presenta un número de plaquetas inferior al habitual.

Tras su evaluación, la Agencia Europea del Medicamentos (EMA) nos informa que el riesgo de tromboembolismo venoso asociado con las vacunas no es mayor que el riesgo descrito en la población general y enfatizan que la relación riesgo-beneficio es rotundamente favorable para la vacuna.
Sin embargo, se reconoce la asociación temporal con la vacuna de AstraZeneca y ha quedado registrado en la ficha técnica de Vaxzevria ®️ una notificación de casos graves y muy raros de trombosis en combinación con trombocitopenia después de su comercialización. Se han descrito trombosis venosas tales como trombosis de los senos venosos cerebrales, trombosis de las venas esplácnicas, así́ como trombosis arterial.
Esta comunicación ha activado la alarma entre la población y varios países han detenido las campañas de vacunación con AstraZeneca por precaución o han decidido vacunar con este preparado únicamente a las personas que se encuentran en un rango de edad determinado, como ha sido el caso de España que ha decidido vacunar solo a personas de entre 60 y 69 años, ya que estas trombosis atípicas han afectado principalmente a mujeres menores de 60 años.
El hecho de que se hayan descrito estos efectos secundarios acompañado de las reticencias iniciales que ya presentaba la población frente una vacuna desarrollada en tiempo récord y poco probada han llevado a que muchas personas tengan miedo de recibir las dosis y rechacen vacunarse.
Sin embargo, es importante destacar que el porcentaje de personas que han sufrido trombos como consecuencia de la vacuna es mínimo en comparación con el número total de personas vacunadas. De hecho, la posibilidad de padecer coágulos en combinación con una disminución de los niveles de plaquetas en sangre es muy rara (puede afectar a < de 1 de cada 10.000).
Además, todos los especialistas coinciden en que los beneficios de vacunarse superan con creces a los posibles efectos adversos y que es fundamental vacunarse para prevenir la infección por Covid-19: una afección con una mortalidad del 1 al 2% y posibles secuelas a largo plazo.
Muy recientemente, grupos de especialistas en Hematología en Alemania y Austria nos aportan datos clínicos y de laboratorio respecto al cuadro clínico inusual y que se describe como una trombocitopenia trombótica inmune mediada por anticuerpos activadores de plaquetas contra el factor 4 plaquetario. La entidad clínica recién nacida, ya tiene un nombre propuesto, “trombocitopenia trombótica inmunitaria inducida por vacuna (VITT)” y ya tenemos recomendaciones de tratamiento en caso de su presentación.
Desde nuestra consulta de hematología, especialistas en trombosis y alteraciones en el recuento de plaquetas, queremos compartir con vosotros los motivos por los que debéis vacunaros a pesar de que exista una remota posibilidad de sufrir trombosis.
El riesgo de desarrollar trombos como consecuencia de la infección por Covid es mayor que el de la vacuna
Una de las muchas complicaciones o patologías que puede padecerse como consecuencia de la infección por coronavirus es la trombosis. De hecho, mientras que la trombosis por la vacuna AstraZeneca puede afectar, tal y como se indica en su prospecto, a menos de 1 por cada 10.000 personas vacunadas, el riesgo de sufrir trombosis por coronavirus aumenta considerablemente, especialmente, en pacientes de mediana edad (alrededor de los 50 años).
Además, el coronavirus también provoca trombos en zonas menos comunes como el cerebro y aumenta las probabilidades de padecer ictus, infartos o embolias pulmonares. Esto se debe a que el Covid-19 produce un estado de hipercoagulabilidad que favorece el desarrollo de trombos. Cuanto más grave se encuentre un paciente más posibilidades tiene de sufrir trombos y, al mismo tiempo, de que estos trombos sean de mayor gravedad.

Otros medicamentos consumidos habitualmente tienen los mismos efectos secundarios
Este tipo de trombosis atípica acompañada de trombocitopenia es un efecto secundario producido por otros medicamentos que se consumen a diario y que sirven para tratar múltiples patologías. Por ejemplo, la heparina es un fármaco anticoagulante muy popular que se emplea para prevenir y tratar la trombosis venosa. Sin embargo, en un ínfimo número de casos puede dar lugar a lo que se denomina trombocitopenia inducida por heparina, una reacción adversa en la que el número bajo de plaquetas puede causar trombosis.
Pero no solo los medicamentos anticoagulantes pueden provocar trombosis. Los anticonceptivos orales también tienen entre sus principales efectos secundarios la posibilidad de inducir trombos e incluso embolias pulmonares.
En la sociedad nos falta la cultura de saber que los medicamentos no son inocuos y que todos tienen descritos posibles efectos secundarios más o menos frecuentes y más o menos graves.
Nuestros hábitos pueden ser más peligrosos
Los principales factores de riesgo a la hora de sufrir una trombosis venosa son la edad, el tabaquismo, el sobrepeso y el sedentarismo. Contar con un peso superior al recomendado para nuestra edad y altura, no llevar una alimentación sana y equilibrada, fumar, pasar muchas horas sentado y no practicar nada de deporte es perjudicial para nuestra salud. Y la probabilidad de desarrollar complicaciones tromboembólicas arteriales o venosas por no controlar los factores de riesgo vascular superan a los riesgos de trombosis inducida por la vacunación.
Los beneficios son muy superiores a los posibles efectos secundarios
Tal y como comentábamos, los beneficios de vacunarse siempre van a ser muy superiores con respecto a los efectos secundarios que puedan tener las diferentes vacunas. Hay que tener siempre presente que estos preparados reducen el riesgo de infectarse por covid 19 y en caso de enfermar, reduce la probabilidad de desarrollar un cuadro clínico grave. Por tanto, la vacunación minimiza o elimina el riesgo individual de morir por covid.
Además del beneficio particular de vacunarnos se le añade un beneficio social que es la reducción de la probabilidad de que se contagien otros, nuestra familia, amigos, compañeros, etc. En todo el mundo han fallecido cerca de 3 millones de personas por coronavirus, una cifra que siempre superará ampliamente a la de los fallecidos por una trombosis causada como consecuencia de la vacunación.
No obstante, aunque las probabilidades de sufrir trombosis sean prácticamente nulas, es fundamental prestar atención a posibles síntomas los días posteriores a la recepción de la dosis de la vacuna para poder identificar cualquier signo de alarma. En caso de padecer fuertes dolores de cabeza, pérdida de fuerza o de visión, alteraciones del lenguaje, hematomas, hinchazón en las piernas, dolor abdominal o dificultad para respirar, acude inmediatamente al médico para que pueda examinarte.
Para más información sobre coágulos de sangre y trombocitopenia no dudes en contactar con nosotros. Estaremos encantados de estudiar su caso, responder todas sus dudas y brindarte la mejor atención y tratamiento.
