Cuando una mujer está embarazada o cree que puede estarlo lo primero que piensa es en pedir cita con el ginecólogo para realizarse las pruebas pertinentes y que le lleve un control y seguimiento del embarazo.
Sin embargo, en determinadas circunstancias, acudir a un hematólogo en caso de embarazo puede ser tan necesario, como las revisiones ginecológicas. Esto se debe a que durante el periodo de gestación se pueden producir alteraciones hematológicas. Es decir, la madre puede padecer alteraciones en los resultados de sus analíticas sanguíneas, desajustes en determinados valores hematológicos, como consecuencia de que su organismo debe prepararse para responder a las necesidades del embrión.

Dichas alteraciones afectan, principalmente, al sistema de coagulación, y a la función y estructura de las células. Cabe destacar que, como comentábamos, la mayor parte de los desajustes son normales y se producen con el objetivo de poder satisfacer a las crecientes demandas del bebé.
De esta manera, durante el embarazo suceden variaciones fisiológicas en la composición de la sangre que afectan entre otros, al volumen total sanguíneo. Se produce un incremento del volumen plasmático y de la masa roja circulante, con predominio del aumento del volumen plasmático sobre el incremento de los glóbulos rojos lo que determinará, la anemia hemodilucional del embarazo que, en cualquier caso, no afecta a la capacidad de transporte de oxigeno a los tejidos.
Además, en el transcurso del embarazo, el desarrollo fetoplacentario genera para la mujer una gran demanda de hierro, ácido fólico, vitamina B12 que no siempre van a poder ser satisfechas si las reservas maternas son escasas y esto determinará problemas de ferropenia o déficits vitamínicos y anemia secundaria.
También en el embarazo puede cobrar importancia el antecedente familiar de determinadas anemias congénitas como son: la talasemia, la drepanocitosis u otras enzimopatías menos conocidas. Y es que, en circunstancias normales, las mujeres portadoras de defectos congénitos de los hematíes son asintomáticas o tienen una anemia leve, pero el embarazo puede generar un aumento de la morbilidad y mortalidad en relación con la alteración heredada.
Respecto a las proteínas del sistema de la coagulación, el organismo de la mujer embarazada se prepara para el parto con el objetivo de evitar la hemorragia disminuyendo la actividad fibrinolítica del plasma y aumentan determinados factores de la coagulación. Estos cambios pueden condicionar un aumento del riesgo de trombosis que hace que algunas embarazadas con trastornos congénitos de la coagulación presenten sus primeros síntomas de trombosis en este periodo o durante el puerperio.
Por tanto, podrá ser importante acudir a un hematólogo especializado que estudie tu caso de manera personalizada y analice los resultados de los hemogramas y otras pruebas a fin de detectar de forma temprana cualquier posible complicación y pautar los tratamientos que sean necesarios para garantizar la salud y el bienestar tanto de la madre como del niño.
Alteraciones hematológicas en el embarazo
Anemia
La anemia es la alteración hematológica más común en el embarazo. De hecho, la Organización Mundial de la Salud estima que alrededor de 42% de las embarazadas sufren de anemia en algún momento de la gestación.
En la mayoría de los casos se trata de una anemia ferropénica, es decir, producida por falta de hierro ya que la demanda de esta proteína aumenta con el embarazo al tener que destinar una parte de esta a la placenta y al propio embrión. Aunque también puede desarrollarse por falta de ácido fólico, de vitamina B12 o como consecuencia de no llevar una alimentación adecuada.
Los casos graves de anemia pueden dar lugar a una serie de complicaciones durante el embarazo o, incluso suponer un peligro para el bebé. Ya que las mujeres que han padecido anemia ferropénica severa durante el embarazo están más predispuestas a sufrir un parto prematuro e incluso a desarrollar depresión postparto.
Trombofilia
La trombofilia es una patología sanguínea que afecta al correcto funcionamiento del sistema de coagulación de forma que el organismo produce trombos en casos en los que en realidad no es necesaria la creación de coágulos ya que no hay ninguna hemorragia que deba detenerse.

Es decir, la trombofilia es una alteración hematológica que produce un estado de hipercoagulabilidad donde aumenta la predisposición a generar trombos o coágulos que, en el embarazo, constituyen una de las posibles causas de aborto espontáneo o recurrente al taponar los vasos sanguíneos de la placenta e impedir que la sangre circule adecuadamente.
Además, puede dar lugar a otras complicaciones como problemas de desarrollo o crecimiento del bebé, parto prematuro, preeclampsia, desprendimiento prematuro de placenta e incluso la muerte súbita del feto.
Hoy se considera que las mujeres con antecedentes de abortos de repetición o cualquiera de las complicaciones obstétricas descritas, deben ser sometidas a un estudio específico de laboratorio para descartar la existencia de una trombofilia.
Enfermedad tromboembólica venosa (ETEV)
A lo largo del embarazo las gestantes experimentan continuos cambios en su cuerpo y en su estado de ánimopor lo que padecer fatiga, cansancio, debilidad o dolores de cabeza con frecuencia se atribuye al propio embarazo y no se le da mayor importancia. Sin embargo, es primordial prestar intención a la aparición de fatiga, palidez, mareos, dolor en el pecho, dificultad para respirar, taquicardias, extremidades frías y hematomas o hemorragias nasales ya que son síntomas que pueden estar asociados a alteraciones hematológicas eindicar la presencia de alguna alteración o patología sanguínea.
El embolismo pulmonar fatal continúa siendo una causa frecuente de mortalidad o morbilidad materna. La incidencia de está complicación no está clara, pero parece superior al de mujeres no gestantes y es que el embarazo es un factor de riesgo independiente para el desarrollo de enfermedad tromboembolica venosa.
Según los antecedentes médicos personales y familiares de la gestante, se valorará de manera individualizada el riesgo personal de sufrir ETEV y la posibilidad de beneficiarse de realizar prevención con heparina de bajo peso molecular.
Si padeces alguno de los síntomas mencionados anteriormente o deseas pedir cita para una revisión hematológica no dudes en contactar con nosotros. La Dra. Raquel de Oña estará encantada de atenderte y acompañarte durante el embarazo para prevenir y tratar alteraciones hematológicas.

